El acceso al río, especialmente en lugares informales, generan disfrute, alegría y calma. Su valor radica en la posibilidad de acceder a un lugar silencioso y bello, en conexión con la naturaleza, capaz de evocar recuerdos alegres, junto con brindar tranquilidad y pausas saludables. “Son los jóvenes quienes más aprovechan estos accesos, principalmente para reflexionar, contemplar u observar la flora y fauna del borde de río.”
Por otra parte, ver el río desde la ciudad genera disfrute en la mayoría de las personas, destacando la amplitud visual que se logra desde la calle General Lagos o el pasaje Orellana.