Independiente a la amplitud de la calle y a los elementos del entorno que se asocian a belleza, estética, o buen estado de conservación patrimonial, las zonas con baja ocupación peatonal, bajo tránsito vehicular, excesivamente silenciosas y mal iluminadas durante la noche, como es el caso de la calle Camilo Henríquez o el pasaje Haverbeck, generan inseguridad, temor o ansiedad en mujeres, especialmente cuando poseen elementos que limitan el campo visual de la vereda (arbustos mal podados o autos estacionados).
Por el contrario, la baja ocupación peatonal y el bajo tránsito vehicular en este tipo de calles genera seguridad y tranquilidad en hombres jóvenes, quienes incluso reportan alegría y disfrute (de día o de noche) si éstas además presentan áreas verdes y una alta estética de la calle.